WASSILY KANDINSKY: “DE LO ESPIRITUAL EN EL ARTE”
Este autor nos sitúa en la formula pragmática de los expresionistas, expresando la tendencia a la unificación sistemática de una teoría artística. Este libro, es la respuesta personal de un pintor ante las dificultades de su oficio, así como trazarse un esquema teórico en el cual apoyarse para esclarecerse así mismo vital y artísticamente.
Representada en un gráfico, la vida espiritual sería como un triángulo dividido en tres partes desiguales. La menor y más aguda de ellas señala hacia arriba; a medida que se desciende, cada parte va agrandándose y ensanchándose. Este triángulo tiene un movimiento lento, casi imperceptible, hacia adelante y hacia arriba: en el lugar donde hoy se halla el vértice superior, mañana estará la parte siguiente. De tal manera que lo que hoy es inteligible para el vértice superior, estará mañana cargado también de sentido y razón para la otra parte de la figura. En la cima del vértice hay, muchas veces, sólo un Hombre: el Artista.
El artista no tiene por fin la reproducción de la Naturaleza, aunque ésta sea artística, sino la manifestación de su mundo interior. La necesidad interior es gestada y determinada por tres necesidades místicas:
-El Artista, en tanto creador, expresará lo que le es específico (elemento de la personalidad).
-El Artista, en tanto hijo de su época, expresará lo que es específico de ella (elementos del estilo, como valor interno, constituido por el lenguaje de la época, más el lenguaje del país, en tanto éste sea idiosincrático).
-El Artista, en tanto amanuense del Arte, expresará lo que es específico del Arte en general (elementos de lo genuina y sempiternamente artístico, que sobrevive en todos los hombres, tiempos y tierras, porque la esencia del Arte se sustrae al Tiempo y al espacio).
A veces tienen que pasar siglos hasta que el valor del tercer elemento sea captado por los hombres. El desarrollo artístico consiste en el proceso de diferenciación que destaca lo pura y eternamente artístico de elementos que no solo son fuerzas combinadas sino a la vez un freno. En el arte todo es cuestión de intuición, especialmente en sus inicios.
La tendencia de un color al frio o al calor tiene una importancia interior enorme. La pasividad es pues la cualidad más característica del verde absoluto, el negro es como el silencio del cuerpo después de la muerte, el blanco es color de la alegría pura, el rojo adquiere un sonido más profundo y su oscurecimiento produce el marrón, color chato y duro capaz de poco movimiento.
La utilización de un color, la necesidad y el significado, indican en primer lugar, dónde buscar el camino que conduce a la pintura, y en segundo lugar, cómo y según qué principio general ha de iniciarse.
En un cuadro influyen todos los elementos utilizados como los colores, la creación de formas que se interrelacionan, en cuestión la composición, porque puede variar la sensación que cada uno quiere transmitir.
La composición escénica contiene 3 elementos:
- El movimiento musical.
- El movimiento pictórico.
- La danza.
Necesitan muchos medios de expresión por la combinación de colores.
Las definiciones de los colores son aproximadas y provisionales, al igual que los sentimientos que despiertan en ellos.
Así mismo podemos distinguir dos grupos de composiciones: simple o melódica; compuesta o sinfónica. Y entre los dos grupos existe una forma de transición denominado melódico.
Las composiciones pintorescas tienen un sonido tanto exterior como interior, por eso son llamados melódicas o rítmicas. Es difícil comprender el ritmo de los objetos, por eso denominamos arrítmicos a lo que no comprendemos. Por lo que su división es relativa y convencional.
Y por último podemos distinguir tres fuentes de composiciones de cuadros: cuados de impresiones, de impresión directa; cuadros de improvisaciones, de procesos de carácter interno; y los de composición creados con lentitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario